Agosto. Toca escapar. Recuperarse del cansancio, de tensiones y problemas. Ha sido un año muy difícil, sobre todo dentro del ámbito familiar. Es el momento, por fin, para cargar las retinas de nuevas imágenes y el corazón de nuevas experiencias, así que allá vamos.
Esta vez, volver a Londres tiene un sabor especial por dos razones. Me llevo a Marta, mi hija, para cumplir uno de sus sueños, y además van conmigo mis mejores amigos. No se puede pedir más.
Nos vemos prontito...